Hay un vampiro cerca. Primero piensas que es la pelirroja, y supones que ha usado la
distracción de la muerte de Harry para entrar furtivamente. No estás seguro de dónde
está o si está observando. Tienes miedo de transformarte y cazarla, en caso de que te
rodee mientras la estás siguiendo. Decides que el mejor plan es llevar a Bella de vuelta
a La Push, dejar a Embry con ella, y cazar a la pelirroja con Sam.
Aunque algo no está bien. El olor está apagado. Es un vampiro, obviamente, pero no el
mismo cuyo olor ha estado quemando tu nariz durante la última semana.
Antes de que puedas darte cuenta, Bella te está diciendo que pares. Su rostro se
enciende más brillante de lo que habías podido ver desde el día que vino buscándote,
toda destrozada. Ella piensa que los Cullen han regresado, y el coche brillante aparcado
junto a su casa sostiene esa teoría. Su entusiasmo te enferma. Todo lo que ella quiere
es ir al encuentro del vampiro, como si ella no fuese parte de su dieta. Estás furioso. Te
resulta difícil calmarte.
Está claro que tendrás que llevártela a la fuerza si quieres impedirle que entre. Ella
parece convencida de que son sus vampiros. Ella ya se ha ido –mentalmente, está a un
millón de millas de ti. Y tú tienes tus responsabilidades. La pandilla ha estado ignorando
completamente los límites del tratado desde la marcha de los Cullen. No puedes dejar
que tus hermanos se metan en problemas, ahora que sabes que los Cullen han vuelto.
Odias dejarla allí, y estás tan enfadado porque eso es lo que ella quiere. El futuro que
parecía tan esperanzador hace unos segundos se desmenuzada en nada. ¿La trae sin
cuidado que la abandonaran? ¿No importa eso? Nunca ha expresado ningún enfado
hacia ellos por lo que la hicieron. Supones que nunca sintió tal enfado. Ella acepta lo
que hicieron sin cuestionarlo.
Necesitas irte, porque no vas a ser capaz de controlarte durante mucho más. Puedes
sentir la furia creciendo. La dejas sola ahí en la calle, deseando más que nada que ella
te llamará luego, que cambiará de opinión. Pero no lo hace.
Correas al hospital, y luego das la vuelta. El enfado ha disminuido un poco, y de nuevo
estás agobiado por su seguridad. Llamas, y ella responde. Es cierto. Los Cullen han
vuelto, y ella elige a los vampiros antes que a ti.
Es una mala noche para los lobos Quileute. Sam establece de nuevo las líneas de
patrulla así que sólo se están protegiendo las millas cuadradas de la reserva. Sam no
quiere dejar ningún agujero –puede haber media docena de vampiros ahí fuera, y sus
intenciones no son claras. Te preocupas por Bella y la pelirroja, pero Sam habla de dejar
a los Cullen encargarse de lo suyo. Detestas la idea de Bella perteneciéndoles a ellos.
El día pasa. Ningún intento de cruzar la línea. Billy llama a Charlie, y parece que sólo
uno de los Cullen ha regresado, y que está con ellos. Esto te saca de tus casillas. Esto
afecta a Sam -¿cuál es la nueva política? ¿Siguen las fronteras en vigor? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Están regresando los demás? ¿Están al tanto de lo de la pelirroja? ¿La
consideran bajo la protección de su tratado? Si es así, el tratado está roto. Y si no van a
conducirla fuera, la pandilla les considerará junto con ella. Sam, Billy y el viejo Quil
discuten la posibilidad de una guerra…
Pero primero Sam quiere información –intentar mantenerlo de modo civilizado todo el
tiempo que sea posible- y te presentas voluntario para el trabajo. Insistes en ir en
persona. Necesitas ver su cara, ver cuan profundamente está ella implicada. Dices a
Sam que obtendrás la verdad mejor en persona, porque serás capaz de decir si está
mintiendo. No le estás engañando con tus motivos, pero estás viendo que suena a
obligado.
Vas durante el funeral, de modo que podrás hablar con ella honestamente, sin
posibilidad de Charlie interrumpiendo. Jared y Embry no quieren dejarte ahí solo, incluso
cuando estás seguro de que el vampiro se ha ido por el momento. Sabes que se
mantendrán cerca, pero no les quieres escuchando. Quieres ser capaz de hablar
francamente con Bella, pero es todo lo que puedes hacer para mantener la calma. Su
casa huele –te quema la nariz. El olor del vampiro la rodea. Ambos estáis un poco
hostiles, pero ella responde tus preguntas. La Cullen sólo está de visita. Te dices a ti
mismo que todo volverá a la normalidad cuando la vampiro se vaya de nuevo.
No puedes obligarte a marcharte. Puedes ver que la has herido, y te vuelves para
encontrarla llorando. Te sientes peor, y mejor. Mejor porque al menos se preocupa
tanto por ti. Está llorando por ti. Eso ya es algo.
Eres capaz de conversar ahora, pero cuesta. Ella los ama. Los que la dañaron –los ama.
Le importas, también, pero no tanto. Encima, la vampiro está llegando de nuevo… Estás
confundido, no estás seguro de cómo sentirte.
La sostienes en tus brazos, y es como era antes –como debería ser. Tomas su rostro en
tu mano, y de repente quieres besarla más que nada en el mundo. No es como lo
habías planeado –mal momento con la vampiro rondando alrededor por alguna lugar.
Pero también piensas que tal vez es así como debe ser. Tal vez ella sentirá eso. Ves el
conflicto en sus ojos, y te preguntas hacia que lado se decantará cuando tus labios
toquen los suyos.
El teléfono suena en este inoportuno momento, y lo respondes. ¿Qué otra opción
tienes? Puede ser Sam, puede haber problemas. Escuchas el claro y musical tono de voz
con el suave acento inglés, y sabes quién es con la primera palabra. Otro de ellos.
Quizás Bella estaba equivocada respecto al regreso de los demás. Quizás estaba
mintiendo.
Bella está enfadada de nuevo cuando el vampiro te cuelga. Antes de que te despejes,
hueles la fresca quemadura de la aproximación de un vampiro. Oyes el débil sonido del
casi silencioso acercamiento de la vampiro. Intentas irte, pero el olor es más fuerte
delante de la estancia. Antes de que puedas salir, la chupasangre está aquí.
Es sólo una minúscula chica, pero después de que Bella te contara lo de los vampiros
con talentos extra, no estás por bajar la guardia. Aunque ella no te presta atención. Ella
parece ausente de su entorno, turbada por algo. Bella llama a su Alice. Alice nombra a Edward una vez, y Bella se arruga. ¿La ha dañado la vampiro? No has visto nada. Pero
te lanzas hacia delante para agarrar a Bella antes de que la vampiro pueda tocarla, y
separarla.
La pequeña vampiro parece muy trastornada, y esto te sorprende. No te habías
percatado de que ellos tenían muchas emociones. Estás impresionado y sorprendido de
lo cómodas que parecen Bella y Alice conversando entre ellas. Eras capaz de pensar que
la vampiro no podría tocar humanos de esa manera sin herirlos. Y Bella está tan natural
con Alice –capaz de interactuar con ella como si Alice fuera humana. Bella parece verla
de ese modo –como una persona, incluso.
La conversación es difícil de seguir. Te enteras de que Edward Cullen está en alguna
clase de problema y es por culpa de alguien llamado Rosalie. Bella está gritando y luego
exigiendo ayudar, y la pequeña vampiro va a dejarla intentarlo, aunque tiene claro que
es una misión suicida.
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