A estas alturas de mi vida había tenido una cuota de experiencias cercanas a la muerte.No
era algo a lo que realmente te acostumbras.
Parecía curiosamente inevitable, sin embargo, enfrentar la muerte
otra vez. Como si realmente estuviera
marcada para el desastre. Había escapado repetidas veces, pero
esta seguía volviendo a mí.
No obstante, esta vez era tan diferente a las demás.
Puedes correr de alguien que temes, puedes tratar de luchar contra
alguien que odias. Todas mis reacciones
habían sido dirigidas hacia aquel tipo de asesinos – los monstruos,
los enemigos.
Siendo la persona que estuviese matándote, alguien quien amaras,
no tendrías opción que seguir. ¿Cómo
podrías correr, cómo podrías luchar, cuando al hacerlo lastimarías
a tu amado? Si tu vida fuera todo lo que
tuvieras que darle a tu amado, ¿cómo podrías negársela?
¿ Y si esa persona es a quien amas de verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario